Resulta evidente que el gusto por representar escenas mitológicas en el arte no solo móvil sino parietal o escultórico ha sido pronunciado desde la antigüedad clásica, desde que todo ese ideario religioso apareció en la cultura helénica hasta nuestros días (Numerosas esculturas de dioses clásicos decoran nuestras calles de Madrid). Pero podemos ver como en la época imperial romana las representaciones mitológicas o referentes a temas tan legendarios como los de las obras de Homero tuvieron una atracción exclusivamente característica.

Ejemplos como los excelentes mosaicos de Carranque, Mérida, Cabezón de Pisuerga o Complutum plasman este gusto por el mundo mítico y en algunos casos supersticioso, como es el caso de las representaciones de gorgonas en mosaicos situados generalmente en la puerta de entrada de las villas para "proteger" a los inquilinos con su fuerte magia petrificadora:
Un ejemplo destacado sobre todo en época bajo imperial son los mosaicos que representan escenas de la vida de Aquiles, el de pies ligeros, uno de los principales héroes de la Iliada y referente de los guerreros. Un caso es el de la representación en Mérida de la escena en la que Aquiles se ve acompañado de otros 3 personajes (Agamenón, Ulises y Briseida), este mosaico pertenece a la segunda mitad del siglo IV d. C. y por lo tanto a la época de dominio imperial de la dinastía Constantiniana. Los 4 personajes son representados bajo los 7 sabios griegos juzgando la escena de Aquiles, se sabe que son ellos porque junto a estos están sus nombres:
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De siglos anteriores priman más las representaciones de escenas míticas como la caza de la quimera por Belerofonte, concretamente vemos como esta escena se representa en varias ocasiones pero en diferentes puntos de la historia, desde la lucha del héroe con la quimera (Málaga y Bell-lloch), pasando por Belerofonte perseguido por la Quimera (Soria) o ya con la Quimera muerta y el caballo alado Pegaso contemplando su cuerpo inerte (Mérida), todos correspondientes a finales del siglo II y mediados del III d. C.
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Belerofonte perseguido por la Quimera (Soria) |
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Trabajos de Heracles (Liria) |
De la misma manera ocurre, por ejemplo, con los mosaicos de representación de Heracles. En la Península Ibérica tenemos varios casos en los que entre los siglos II y III d.C. el mito de "Los trabajos de Heracles" se ve muy representado. Lo encontramos victorioso ante sus enemigos (Málaga), en el cortejo de Dioniso (Torre de Palma), o por ejemplo en el mosaico de Liria donde aparecen todos sus trabajos representados.
Heracles victorioso (Málaga) |
En definitiva, puede haber una relación entre los temas mitológicos representados y las características históricas del momento, como podemos ver en los primeros siglos de nuestra era sobresalen las escenas de mitos concretos y aislados, pero a partir del siglo IV sobre todo encontramos representaciones de la vida de Aquiles como el que hemos visto anteriormente en Mérida u otros más tardíos aún como el de Eskiros (Finales del siglo IV d.C.) o Santisteban del Puerto (siglo V o VI d.C.), aunque obviamente había muchos otros temas mitológicos representados, concretamente muchos relacionados con los principales dioses del panteón como el rapto de Ganímedes por Zeus (Palencia, siglo IV d.C.) o Apolo tocando la lira (Ilici, siglo IV d.C.).
Bibliografía:
BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, José María. 2000: "Los pueblos de España y el Mediterráneo en la antiguedad". Estudios de arqueología, historia y arte. Madrid. pags 521 - 536.
Post de José Daniel Campos Fernández
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