TÉCNICA DE REALIZACIÓN DE LOS MOSAICOS



La técnica del mosaico consiste en pegar trozos de baldosa, mármol o pasta de vidrio, llamados “teselas”, creando decoraciones armoniosas. La realización de mosaicos es una técnica conocida desde la Antigüedad, pero que apenas presenta evolución a lo largo de la Historia.


A la hora de realizar los mosaicos vamos a encontrar por una lado la Teselación ”Opus Tesellatum" , que es la técnica realizada por los teselarios, quienes se encargan de realizar las teselas; y por otro lado tenemos a los musivarios, quienes se encargan de conformar el mosaico. En ocasiones ambas tareas se pueden reunir en una única persona.

A continuación, explicamos uno a uno los diferentes pasos que se siguen en la relación de los mosaicos:

 1. En primer lugar, el teselario realiza las teselas a partir de bloques de distintas piedras, como mármoles, calizas o pastas vítreas con la ayuda de la tajadera y la martellina, una cuchilla y un martillo especiales.
 2. A continuación, el musivario realiza un mortero a base de polvo de mármol y cal (esta cal ha debido estar entre dos y tres años en agua, ya que cuanto más antigua sea la cal mejor resultados permitirá) El mortero deberá ser de fraguado lento para permitir que el operario trabaje sin prisa.
Este mortero se aplica con un grosor de entre 1,5 y 2 centímetros de grosor, a fin de que seque rápido.
 3. Tras esto se coloca el papel sobre el mortero, de tal manera que la tinta traspase y quede el dibujo impreso, permitiendo al musivario seguir un patrón.
 4. Las teselas son colocadas de tal manera que permiten la definición del dibujo colocado previamente.
 5. Una vez finalizada la inserción de las piezas, se procede a nivelarlas de tal modo que no queden piezas salientes.
 6. Por último, se procede a su barnizado. En época romana se usaba para ello una cera virgen conocida como cera púnica, por adquirirse en Cartago.


                 


A continuación, os dejamos un enlace para que podáis ver la realización de un mosaico.
 
Los mosaicos en Roma

Inicialmente en Roma no se empleaban los mosaicos para los suelos para evitar su deterioro y sí en techos y paredes. Posteriormente descubrieron que los mosaicos podían resistir las pisadas y comenzaron a aplicarse masivamente para los pavimentos. Los mosaicos eran para los romanos un elemento decorativo para los espacios arquitectónicos de tal manera que no había palacio o villa romana donde no hubiera mosaicos. Es de este modo que la gran mayoría de las construcciones de época romana que nos han llegado presentan decoraciones musivarias. De mejor o peor calidad, eran un símbolo de distinción, una manera de decorar las viviendas y demostrar el poder adquisitivo de su propietario.



BIBLIOGRAFÍA:


-CHAVARRIA, J: "El mosaico: [la técnica y el arte del mosaico explicados con rigor y claridad]" Bareclona. Parramón, 2006



AIDA TEJADO VAZQUEZ



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