Un mosaico de Cartago, el de la Casa de Dominus Iulius (Finales del Siglo IV d.C.) está dividido en 3 partes:
En el friso superior se ve a un hombre que porta un par de gansos, probablemente haga referencia a la importancia de este animal respecto a la diosa Juno (Protectora de Roma ante el ataque de los Galos), también aparecen dos hombres practicando la recogida de aceituna de un olivo (Árbol que seguramente dominase respecto al resto en el entorno de la villa) y a dos mujeres portando canastillas con la aceituna. A la derecha de estas se puede intuir que aparece la dueña sentada mientras que el resto de personajes trabaja, junto a ella otra mujer porta un cordero. En la esquina derecha del friso se puede ver como un perro sentado permanece atado a una cabaña cónica que corresponderá a su pequeño hogar. Debajo de esto aparece de nuevo la dueña pero esta vez contemplándose en un espejo descansando sobre una columna con otra chica delante de ella que le ofrece unas joyas mientras que un hombre por detrás sustenta una cesta con rosas.
En el friso central se puede ver la villa que parece fortificada con altos muros de piedra, dos torres y lo que parece un edificio con cuatro cúpulas cuya interpretación ha sido la de las termas. A la derecha del edificio se puede apreciar como un hombre con una lanza y una red seguido de otra persona, que no se ha preservado en el mosaico, portando dos perros atados, es una partida de caza. A la izquierda del edificio se ve como un hombre que parece cargar algunos objetos a la espalda sigue a otra persona montada a caballo, la actitud ecuestre de este último ha sido interpretada como que es el dominus de la villa dirigiéndose hacia ella.
Por último en el friso inferior aparecen dos escenas de ofrendas de frutos a los domini, los cuales aparecen sentados entre los árboles cada uno en una parte de la composición, se puede apreciar el entorno rural repleto de árboles frutales que seguramente componía gran parte del paisaje de los alrededores. El tema que domina la composición es, pues, la ofrenda de los productos propios
de cada estación a los domini. Es de los pocos mosaicos africanos en los que las estaciones del año se representan mediante escenas en las que tanto los personajes, sus indumentarias o las actividades que realizan son características de ese periodo del año.
Las escenas más habitualmente representadas en el entorno de las villas son las de caza, la caza era una de las actividades preferidas de los señores de las villas, la repetían con frecuencia y la importancia era bastante grande dado que hay innumerables variantes de estas imágenes, un buen ejemplo es el mosaico de Henchir Toungar, en el norte de Túnez (Siglo III d.C.) que en una serie de tres frisos muestra diferentes escenas rurales en las que la caza es el argumento principal, se puede ver como se representa la villa en el superior de los frisos y delante de la villa a dos personajes, uno acompañado de su caballo y otro de su perro pero ambos con los instrumentos de caza. Cabe señalar que el primero está realizando una acción, la interpretación que se le ha dado es que está ofreciendo incienso al altar cuadrado sobre el que se ha encendido un fuego, sería una ofrenda que refuerza la participación religiosa en la caza dada la importancia de esta para obtener un buen resultado en la misma. En el friso central dos perros atacan a un jabalí y en el inferior
un león ataca a dos caballos que parecen salvajes.
En otro mosaico, este perteneciente a Útica, en el noroeste de cartago, datado a comienzos del siglo III d.C. se representa un entorno de montaña, con lomas apreciables en la parte superior izquierda y a la derecha. Como es habitual se representa una escena de caza en la que participan hombres y perros que en este caso pretenden dar caza a un chacal. Entre las dos lomas se puede apreciar una construcción cuadrada con techumbre plana que se asemeja a las torres de defensa bastante comunes en las villas de la Península Ibérica, detrás de esta torre se extiende un campo que parece estar cubierto de Vid que, excepto el trigo, junto al aceite podemos ver el sustento básico de la agricultura con la clásica triada Mediterránea. En la parte inferior se ve un edificio de planta rectangular y construido en piedra al igual que la torre, puede representar a una granja con una cuadra y un pequeño almacén. Delante de este edifico se representa a un hombre recogiendo frutos en el huerto contiguo al almacén.
A modo de conclusiones citaré las palabras de T. Sarnowski respecto a los mosaicos y el entorno que reflejan, pues según este autor si estos mosaicos reflejan el paisaje de alrededor en la mayoría de los casos no es el paisaje que encontraríamos realmente, sino que colocarían estos mosaicos en el comedor o en el salón de la residencia representando la villa desde fuera y un paisaje que hayan visto en otro lugar o en otra villa, pero trasladándolo a su propio entorno. De esta manera no podemos asegurar que el paisaje que vemos representado en muchos casos sea el que hubo realmente, sobre todo cuando se plasma un entorno rural repleto de flora y fauna, si por otro lado encontramos imágenes de actividades económicas relacionadas a la agricultura y ganadería si se puede inferir que los domini de esa villa se dedicaban a la explotación de esos recursos, de la misma manera que si se representan escenas de caza como las que se pueden ver en las imágenes previas.
Estas son algunas imágenes más de un entorno natural plasmado en un mosaico:
Bibliografía:
BLÁZQUEZ MARTÍNEZ, José María. 2006: "El entorno de las villas en los mosaicos de
África e Hispania". Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Alicante.
Post de José Daniel Campos Fernández
Gracias por la entrada José, de su lectura se deduce la doble utilidad que los mosaicos tienen para conocer el mundo romano. Así, por un lado, el estudio "artístico" de los mismos permite entender las modas pictóricas, cromáticas, temáticas, influencias artísticas... que dominaban en el momento de su factura, pero, por otro lado y como bien explicas, también podemos hacer inferencias que sobrepasan lo meramente artístico para llegar a lo arqueológico, pues de sus escenas se pueden extraer datos a cerca de actividades diarias, técnicas agrícolas, concepción del paisaje en la antigüedad...
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