LA RESTAURACIÓN EN LOS MOSAICOS. Caso práctico “FONT MUSSA”

ANTECEDENTES:

Durante el año 2000 se quería llevar a cabo el proyecto de ampliación de un gaseoducto que pasara por Picassent y Benifaio (Valencia). A consecuencia de la nueva construcción de dicho gaseoducto se llevó a cabo un “Estudio de impacto sobre el Patrimonio Cultural”, dado que en esta zona había una serie de antecedentes documentales que evidenciaban restos arqueológicos.

El Estudio de impacto sobre el Patrimonio Cultural derivo en una excavación de salvamento mediante la que se pudo hacer constar dos sectores bien diferenciados de una villa romana, la villla romana de Font de Mussa, que posteriormente se dato entre los siglos I-II d.C. Este hallazgo hizo que se aplicaran una serie de medidas preventivas con el fin de minimizar el impacto que se podía producir sobre el conjunto arqueológico.

Las tareas de excavación se prolongaron en el tiempo de manera que tras varias campañas de excavación se pudieron documentar numerosos hallazgos como el área productiva de la villa compuesta por la cocina y zona de almacén, una zona de necrópolis, y una zona de dependencias secundarias. También se descubrió que esta villa se asentaba próxima a la ancestral Vía Hercúlea
(más tarde conocida como Vía Augusta).

Durante la realización de una de las zanjas de la excavación los arqueólogos dieron con una obra musiva, el mosaico romano de Font Mussa, el cual, va a ser nuestro ejemplo práctico de cómo restaurar y conservar un mosaico. Este mosaico cubría la totalidad del suelo de la estancia excavada. Se sabe que este mosaico se construyó durante una segunda fase de reocupación de la villa y se trata de una obra musiva de superficie bícroma con policromía reducida a los cuadros con motivo figurado. Presenta una decoración central polícroma y figurada que representa al pastor Fáustulo y a su hermano ante una cueva donde hay una loba que amamantaría a Rómulo y Remo.

El resto de la decoración del mosaico es bícromo en blanco y negro formando cenefas con motivos vegetales de hojas de vid palmatilobuladas y dentadas, colgantes de uva flores variadas y alternantes con cuatro y seis pétalos, dos corolas a modo de cráter, tallos con hojas envolvente motivos y además hay motivos geométricos que forman cruces, flores y estrellas. Falta una parte del mosaico, una franja longitudinal situada en la zona central, resultado de una conducción municipal realizada la pasada década. En el ángulo noroeste había una escalera de mármol blanco como una especie de rampa con molduras perpendiculares a modo de escalones, la cual daba acceso a un espacio inferior donde estaba este pavimento de mosaico.


Imagen del mosaico de en Font Mussa
RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN DEL CONJUNTO MUSIVO

A la hora de encontrar de un mosaico enterrado hay que tener en cuenta que este ha permanecido en un medio diferente a aquel para el que fue creado y que, desde ese momento, se inicia un proceso de transformación.

La excavación también supone un fuerte “traumatismo” para los restos arqueológicos, que seguramente antes de ser enterrados ya habían sufrido numerosas alteraciones, sin olvidar todas aquellas que ha sufrido durante el periodo que ha estado enterrado. Por tanto, hay que tener en cuenta:

-        -   Alteraciones provocadas durante del uso
o   Pisadas
o   Desgaste
o   Incendios
o   Etc.
-          - Alteraciones causadas entre el abandono y el descubrimiento
o   Derrumbamientos
o   Presiones por materiales sobre ellos
o   Acciones biológicas
o   Aguas subterráneas
-        -   Alteraciones provocadas tras el descubrimiento
o   Desequilibrios ambientales al dejarlo al descubierto


Teniendo en cuenta todos estos factores se pueden proponer diferentes alternativas para su conservación. Esto va a depender del restaurador, quien tomando en cuenta diferentes aspectos decidirá si en este caso, el mosaico se va a conservar in situ, o si por el contrario lo más adecuado es la extracción del mismo.

Hoy en día, se suele optar por la conservación in situ de los restos musivos pues es considerada la acción más aceptable en caso de no encontrar problemas que pueden afectar a las piezas. Sin embargo, si el mosaico no reúne los requisitos necesarios para este modo de conservación se opta por su extracción y posterior restauración para garantizar su preservación. Esto es lo que sucede con el mosaico de Font Mussa.

Cuando se decide optar por la extracción hay que tener en cuenta:
-        -   Humedad del terreno
-          - Condiciones climáticas
-         -  Estado de conservación
-         -  Sistemas de protección y proyecto de manutención
-        -   Ubicación de los hallazgos

CASO PRÁCTICO: EL MOSAICO DE FONT MUSSA

En el caso del museo de Font Mussa, tras estudiar todos los factores mencionados, se consideró que la mejor opción sería la realización de un proceso de extracción, su inmediata restauración y traslado a un nuevo soporte, dado que así la pieza podría recuperarse con las garantías que merece.

Estos son los pasos que se llevaron a cabo para la extracción del mosaico de Font Mussa:
  1. Tratamiento de limpieza superficial: cuidadoso tratamiento de limpieza para eliminar la suciedad superficial y concreciones 
  2. Realización del dibujo y calco de la pieza.  
  3. Elección del método de arranque: en este caso el método de “cremallera”, que se sirve de la eliminación de toda una tira de teselas alrededor de la sección de corte.
  4. Estudio de las secciones de corte: estudio de las principales secciones de corte que han de ser previamente establecidas.
  5. Secado y engasado superficial de protección: para llevar a cabo el proceso de extracción, se utilizan unas telas conocidas como telas de arranque, que permiten mantener bien pegadas las teselas una vez se elimina su soporte base.
  6. Corte y separación de las secciones: el paso final en los procesos de arranque es el corte y separación de las secciones y su colocación en nuevos soportes.
  7. Traslado de las secciones a su nuevo soporte de transporte.

Una vez extraído el mosaico, este fue llevado al laboratorio de restauración del museo de prehistoria de valencia. Este proceso de restauración se divide al igual que el proceso de extracción en varias fases, que son:
  1. Eliminación de los estratos de mortero:
  2. Traslado a un nuevo soporte.
    1. Planteamiento de las selecciones en el suelo.
    2. Sellado de las lagunas cremalleras y bordes.
    3. Colocación de los separadores entre secciones.
    4. Preparación de la capa de intervención.
    5. Traslado a soporte definitivo.
    6. Nueva superficie de contacto entre planchas.
    7. Adhesión de las planchas.
  3. Preparación del anverso.
  4. Tratamiento de limpieza.
  5. Reintegración de lagunas y protección final.

Imágenes de restauracion de mosaicos.

Actualmente ese mosaico se encuentra expuesto en el Museo de Prehistoria de Valencia, donde es una de las piezas más destacadas.
 


BIBLIOGRAFIA
  • Nora, JM [et all] (2004): El Mosaico romano de "los orígenes de Roma". Barcelona. Gas natural. Pp 47-117
  • Países-Oviedo. T. (2010): El mosaico: historias de supervivencia. Aproximación de criterios y técnicas de conservación entre Portugal y España. Museo de Prehistoria de Valencia.
  • Ríos, D. (2004): La conservación en los mosaicos: de la excavación a la reposición. Actas de los XIV cursos monográficos sobre el patrimonio histórico.pp, 281-288. 





AIDA TEJADO VAZQUEZ

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