Motivos paganos en los mosaicos Cristianos y Judíos, el inicio de una nueva iconografía

    La iconografía Cristiana y Judía se compone de una cosmología enorme en la que se representa una gran variedad de conceptos y de personajes que dan sentido a la existencia y al mundo, pero realmente ¿Cuál es el origen de esos personajes? ¿Han sido siempre los mismos? ¿Cabe la posibilidad de que en periodos iniciales hubiese algún tipo de "modelos" que se tomaron prestados? Pues como bien ha estudiado Pau Figueras y su equipo, podemos llegar a esbozar algún tipo de permanencia de estándares estilísticos o temáticos anteriores en la iconografía incipiente de estas religiones. 

    En base a la comparación y a la observación de mosaicos encontrados en iglesias o en lugares de reunión secretos donde esta ideología aun novedosa empezaba a formarse, vemos que algunos elementos como animales, personajes o la realización de algunas escenas concretas nos retrotraen al periodo anterior romano, puesto que una misma tipología se utiliza para representar conceptos diferentes en algunos casos y no tan diferentes en otros. Un ejemplo es el que podemos ver en algunas capillas funerarias en Jerusalén donde se representa a Jesucristo con motivos, apariencia y objetos que claramente pertenecen en la cultura grecorromana a Orfeo: 

Vemos como se representa la figura de "El buen pastor" muy recurrente en la iconografía paleocristiana pero con una flauta de pan típica de la iconografía que representa a Orfeo.

    Resulta irónico ver como a pesar de las fuertes represalias que llevaron a cabo los padres de la iglesia contra las reminiscencias del politeismo y los mitos que habían predominado en los periodos anteriores, estos no fueron dejados de lado ni mucho menos en la iconografía. Se puede constatar claramente no solo por el arte sino también por los escritos como quedaba un profundo conocimiento de la mitología clásica, puesto que la mayoría de las ideas cristianas a las que daban forma personificaban símbolos, personajes o atributos vistos en la tradición anterior. 

    El caso de la capilla de Jerusalén antes mencionado es bastante mencionado en la bibliografía que trata este tema, vemos como en el caso de Orfeo las representaciones de otros personajes con atributos del músico son bastante recurrentes. Otro ejemplo es el de David, personaje muy representado en la iconografía cristiana sobre todo en épocas posteriores, pero ya en algunos mosaicos como este del Siglo IV. d.C. se le representa con un laúd en una mano y una honda en la otra: 
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   Incluso le vemos personificando a Adán por lo que un rasgo que se repite constantemente respecto a Orfeo es que se encuentra rodeado de fauna, ya sea como Adán en el paraíso, como Jesucristo con el cordero o como David en un entorno salvaje pastoreando a sus animales. 

    El caso de animales también es interesante, pues en animales potentes iconográficamente hablando como el león las representaciones no cesaron. En la antigüedad el león cumplió un papel indispensable en las representaciones de dioses y de dignatarios, era un animal que por su fiereza y su poder se representaba en zonas donde se guardaban tesoros para dotar al lugar de esa capacidad protectora, además de que dos de ellos tiraban del carro de la diosa Cibeles. En la iconografía Judía encontramos que normalmente se representan leones en los textos de las sinagogas o en sus alrededores denotando esa función protectora. Sería un error creer que exista una relación entre esos leones y el símbolo de la tribu de Judá, del que habla el texto bíblico. La figura del león, como emblema de fuerza física y de valentía, fue utilizada desde tiempo inmemorial por muchos pueblos, y así, retomando lo anterior, lo fue también en el mundo clásico grecorromano, principalmente por el carácter apotropaico de ese motivo de los leones, cuya función era la de proteger el objeto que custodian, es evidente que su origen es pagano, pues lo vemos representado ya en el mundo griego y en muchos otros de Anatolia, además claramente en el mundo romano. 

Sinagoga de Hamat Tiberias, Israel (S. IV d.C.)

    Es verdad que el águila era uno de los principales atributos del padre de los dioses en el contexto pagano del mundo grecorromano, y que en Oriente lo era igualmente del dios Bel, el principal en el panteón sirio, siempre con la idea de base de que el águila representaba el dios del cielo, de las altos espacios, por donde ella se movía más libremente que cualquier otra criatura (Figueras, 2004). El caso del águila es muy interesante en este contexto, hemos visto como el dios más importante del panteón grecorromano está representado con el águila como bien comenta Figueras en esas líneas, pero ¿Cómo pervive este animal en la iconografía posterior? en un principio sería esa función protectora y positiva de la presencia divina la que indujo a colocar este emblema pagano y particularmente romano (Águila imperial) tanto la entrada como el interior de las sinagogas. Visto de esta manera, el águila tiene una función bastante similar a la de los leones antes mencionados, de manera general se tratan más de motivos apotropaicos que de símbolos que pretendan transmitir un mensaje o un contenido para adoctrinar a los fieles. En el caso de los Judíos el uso de las águilas como símbolo protector es también claro puesto que encontramos amuletos judíos con águilas en contextos contemporáneos. 



    No hay que olvidar el pronunciado aspecto funerario del águila en el arte cristiano, puesto que el uso del águila como animal Psicopompo en la tradición grecorromana continúa en el cristianismo.   En él, el águila adquiere el significado de elevación a las esferas celestiales del alma de aquel que murió (Cristo), que desde ahora disfruta de una vida renovada e inmortal en Dios.

Bibliografía:

FIGUERAS, Pau. 2004: "Motivos paganos en mosaicos cristianos y judíos de Oriente: problemática e interpretación". Espacio, tiempo y forma. Serie II, Historia antigua, Nº 13, 2000, págs. 261-320


Post de José Daniel Campos Fernández 

















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